La DIVEDCO produjo varias películas como parte de su campaña para promover y preservar las tradiciones locales. Un ejemplo de éstas es El santero (1956), la cual presenta a Don Zoilo Cajigas Sotomayor – uno de los artesanos mejor conocidos en la isla – a sus 96 años, haciendo el papel de un santero que comienza a perder su negocio cuando el mercado pone a la venta santos de yeso baratos. Cuando Don Zoilo trata de vender sus santos de palo a los fieles que están saliendo de una iglesia, nadie le presta atención. Al final de la película, sin embargo, las obras de este artesano frustrado son descubiertas por un conservador de un museo de San Juan, quien compra varias de las obras de Don Zoilo para una galería de arte tradicional. En este cartel de Rafael Tufiño predomina la figura de Don Zoilo, quien aparece pintando un santo de palo en su taller en el pueblo de Aguada. Vestido de blanco y con una cruz al cuello, Don Zoilo, acompañado de sus santos de palo, representa la tradición del arte católico popular en Puerto Rico, que estaba en decaimiento durante esa era de intensa industrialización y mayor protestantismo, ambos síntomas de la influencia de los Estados Unidos en la isla.
