En este llamativo cartel, Rafael Tufiño refleja acertadamente el mensaje central de la película Pedacito de Tierra (1953), el cual es resumido por el personaje del profesor de agronomía en la película cuando dice: “tenemos que cosechar más de los alimentos que comemos . . .debemos aprender a cultivar hasta el último pedacito de tierra.” Producida durante un período de rápida modernización e industrialización (Operación Manos a la Obra), esta película intentaba convencer a los campesinos puertorriqueños de no abandonar las prácticas agrícolas tradicionales. En la primera escena, un jíbaro pobre llamado Pedro muestra orgullosamente los cultivos saludables de su huerto y, dirigiéndose a la cámara, en un gesto que invita a la audiencia a seguir su ejemplo, dice: “Es solo un pedacito de tierra, pero no se imaginan ustedes lo que significa para nosotros . . . Esto no era así. Hace un año no había nada que valiera la pena en mi pedacito de tierra.” A través de una serie de escenas retrospectivas, Pedro explica cómo transformó su “inútil” pedacito de tierra en un jardín abundante. Explica que el trabajo duro – consultar con un experto en agronomía, arar el terreno, excavar zanjas para irrigación, cuidar de las plantas – valió la pena: “Qué bien se siente uno viendo como da frutas el trabajo de sus manos . . . La loma inútil ya no era inútil. Nuestra tala realizaba lo que yo siempre había deseado.” La imagen poderosa que crea Tufiño de un agricultor fuerte arando su pedacito de tierra, mientras su hija y su hijo lo observan, refleja el mensaje de la película que promueve la agricultura como una actividad saludable para todos los miembros de la familia. La audiencia notará que el campesino de Tufiño, quien es bajo y fornido y de color, no se parece mucho al jíbaro flaco y de piel blanca que hace el personaje de Pedro.
