Este libro y la película La Buena herencia (1968) estuvieron entre las pocas producciones de la DIVEDCO que se enfocaron en los habitantes indígenas de las islas de Puerto Rico. Al basar el contenido del libro en estudios académicos por intelectuales como Ricardo E. Alegría, Pablo Morales Cabrera y Charles Schuchert, los miembros del equipo de la DIVEDCO pudieron recopilar información que era históricamente precisa – aunque el tono es usualmente paternalista – y evitaron representar a los taínos como salvajes primitivos, como aparecían en muchas previas publicaciones. A los lectores se les recuerda que los taínos tuvieron una cultura floreciente con un lenguaje complejo, organización política, prácticas religiosas, y sensibilidades artísticas sofisticadas. El espíritu académico de los ensayos y la prueba corta al final le dan al libro la apariencia de un libro de texto moderno.
